Camboya: el mundo perdido

Viajé a Camboya en 2015, un viaje muy deseado que todavía guardo en mi mente en un rincón especial. Nadie, hasta que aterriza en Camboya, puede imaginar el paraíso perdido que guarda como un tesoro esta selva infinita: los maravillosos Templos de Angkor que rozan la perfección, el verde de un paisaje ecléctico, las piedras devoradas por raíces de árboles centenarios, o tal vez el silencio de la jungla roto por las voces de miles de pájaros…hay un millón de razones que cautivan al viajero y le hace añorar este lugar durante toda su vida.

  1. ElTemplo de ANKOR WATT: la perfección frente al lago

Una construcción tan grandiosa como perfecta, dedicada al dios Vishnú y cargada de simbolismo: sus torres representan el Monte Meru, una montaña mítica morada de los dioses. Rodeado de un gran lago artificial, es fascinante el atardecer cuándo el sol poniente refleja con total perfección el templo en sus aguas. Su interior es también deslumbrante con sus muros de piedra con cientos de metros tallados con bajorrelieves que cuentan la vida del imperio e historias legendarias.

2. TA PROHM. El Templo devorado por la selva

Ta Prohm es un espectáculo difícil de olvidar: La selva en su empeño de tragarse los muros logrando embellecer todavía más estas joyas del arte khmer.  El lugar es casi onírico, y si escogemos una buena hora todavía se puede disfrutar en él del espectáculo silencioso y a la vez ruidoso de la selva

3. EL TEMPLO DE BAYON: los rostros de piedra

 En el Templo de BAYON cientos de rostros gigantes pétreos  nos observan y nos rodean: Cincuenta y cuatro torres con enormes rostros mirando a cada uno de sus lados que representan a un sonriente Buda (hay quien considera que al Rey Javayarman VII). La sensación de insignificancia que nos queda es aplastante.

4. El COMPLEJO DE ANGKOR THOM: incluye el Templo de Bayon y es uno de los puntos fuertes de los Templos de Siem Reap.

Un complejo enorme  construido inicialmente bajo la perspectiva del hinduismo, aunque posteriormente se llenara de simbología budista. La grandeza de los muros que rodean la ciudad y las gigantescas puertas de acceso con sus caras observándonos, dan idea de lo que acoge: incluye el Palacio Real,  la Terraza de los Elefantes desde donde el rey contemplaba las ceremonias, el templo de Bayon.. etc.  La terraza muestra decenas de elefantes esculpidos en la piedra como muestra del poder real. También la conocida como Terraza del Rey Leproso está repleta de representaciones de Apsaras (bailarinas mitológicas) bellamente trabajadas y el resto de muros con laboriosas historias trabajadas en la piedra.

5. El TEMPLO BANTEAY SREI :El arte sublime

Mucho más modesto en tamaño que el resto de templos, es sin embargo de los más valiosos por su calidad artísitica. Banteay Srei es una auténtica belleza en piedra.

6. PHIMEANAKAS. El templo piramidal

Con su forma piramidal, es algo diferente a los otros templos. En lo alto de la pirámide había una torre sobre una plataforma. En el centro de la plataforma están las ruinas de un pequeño santuario con forma de cruz.  Aunque cuesta subir y arriba hay que tener precaución, Las vistas de la selva desde la cima de la pirámide son espectaculares.

OTROS TEMPLOS: PRASAT KAVAN, ME RUP EASTER MEBON... cualquiera de ellos es maravilloso.

Con KAI, guía camboyano. Es más que recomendable, hacer la visita con él:  te explica, te cuenta anécdotas, te lleva a sitios recónditos y te deja tiempo de sobra para hacer a tu aire. 

UN CONSEJO: Los Templos de Angkor son un complejo gigantesco, kilómetros y kilómetros de templos perdidos en la selva. Para conocer un número aceptable de ellos y no limitarse a los tres grandes (por supuesto IMPRESICINDIBLES) se necesitan muchos días. En caso de ir solamente cuatro o cinco días es muy recomendable conger a un guía local o por lo menos un tuc tuc que nos lleve de un lado a otro.

La ALDEA DEL LAGO TONLÉ SAP y LA CIUDAD de SIEM REAP: El contraste entre la vida en un antiguo pueblo flotante y una ciudad vibrante colonizada por el turismo. 

EL TONLÉ SAP es el mayor lago de agua dulce del Sudeste Asiático. En él viven cerca de 100.000 personas procedentes de etnias vietnamitas, en vivendas construidas como palafitos (es decir sobre estacas de madera elevadas por encima del nivel de las aguas) y otras en verdaderas casas flotantes. En su mayoría se dedican a la pesca, aunque el turismo ha irrumpido bruscamente en sus vidas y en su economía en los últimos años. Es curioso el viaje por estos poblados que incluyen escuelas, tiendas, y hasta gasolineras o desafortunadas granjas de cocodrilos. Un mundo diferente a pocos pasos del tumulto de la ciudad de Siem Reap.

En contraste con los poblados del Lago, SIEM REAP es un mundo de diversidad: turistas se mezclan con locales en mercadillos abarrotados al lado de iglesias que ofrecen rituales sagrados, el ruido de las motos se confunde con la música de algunos locales de ocio y los tuc tuc aceleran entre el tráfico sin cautela alguna. Esto es SIEM REAP una ciudad variopinta al lado del complejo de Templos más bello del mundo.

El Viejo Mercado Nocturno de Siem Reap es un lugar asombroso para un occidental. Se puede encontrar de todo en sus cientos de puestos, junto a carritos donde se venden todo tipo de insectos fritos como si fueran pinchos.

Y así finaliza un viaje que para mi fue inolvidable, porque Camboya es uno de esos lugares únicos en el mundo, como Egipto, irrepetibles en su cultura, en su arte y en su estilo de vida.  Un lugar fascinante

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