Bangkok. La gran ciudad de los templos y palacios

La entrada al Gran Palacio real de Bangkok está «custodiada» por dos grandes figuras mitológicas

El viaje a Tailandia puede ser mucho más que disfrutar de playas paradisíacas y convertirse en un destino cultural realmente interesante. Unos de sus puntos fuertes es precisamente Bangkok, su capital repleta de templos impresionantes y con un Palacio Real deslumbrante por su extensión y riquezas.

Imágenes del Palacio Real. Roeado de grandes lujos y hermosos jardines. En uno de sus templos se guarda la imagen de Buda más venerada del país: el Buda Esmeralda

Bangkok es un mundo de contrastes, algo caótico: gente orando y haciendo ofrendas en los Templos, parques enormes, grandes avenidas surcadas por un mar de cables, y sus «pequeñas ciudades»: Little India, Chinatown… cada una con vida propia. Atravesar la ciudad en coche resulta sorprendente. Al caos de la circulación de modernos  taxis, se le añade la velocidad de vértigo que alcanzan en muchas  calles los  tuc-tuc, una especie de motosillas que trasladan a los viajeros de una punta a otra de la ciudad, una aventura divertida aunque algo arriesgada, porque las normas de tráfico parece que no van mucho con estos conductores.

Bangkok está llena de templos suntuosos, decorados con pan de oro y azulejos brillantes. En ellas la figura de Buda aparece de manera recurrente. Es muy habitual ver ofrendas en forma de flores, velas y hasta comida, y en muchos casos a fieles budistas rezando, así que en los templos hayq eue entrar con respeto y con una vestimenta adecuada para sus creencias.

la lista de templos (aquí llamados WAT) es interminable, pero hay algunos IMPRESCINDIBLES: El Templo del Gran Buda de Oro, el del Gran Buda Reclinado, el Templo de Marmol, El Wat Suthat, el Wat Ratchnatdaram (de las «agujas»), o el Templo de la Aurora al otro lado del río Chao Phraya y que es todo un icono de la imagen de la ciudad.

El Templo de la Aurora (Wat Arun) es una construcción de estilo khmer, del tipo de los templos camboyanos, muy diferente al resto de templos budistas de Bangkok. Está decorado con variadas  figuras y con motivos florales coloristas  en porcelana china. 

IMPRESCINDIBLE:

Además de las visitas al Palacio Real y a los templos, es imprescindible callejear por la ciudad, que está llena de contrastes y lugares sorprendentes como la calle de mochileros  Khao San Road, o los inmensos mercados como el nocturno de Pat Pong lleno de turistas y un paraíso de las imitaciones.

 

En el próximo post: El mercado flotante Damnoen Saduak y el Puente sobre el río Kwai

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