Los castillos más espectaculares: Los de Neuschwanstein y Linderhof en Baviera (Alemania), el de Bram o el de Peles (muy diferentes) en Rumanía y otros de estilo Palaciego escondidos entre preciosos jardines y esculturas doradas, como el Peterhof en San Petersburgo o Versalles junto a Paris. El inmenso Palacio del Louvre y el delicado Palacio Ducal de Venecia, todos ellos son obras maravillosas de arquitectura que guardan además multitud de tesoros artísticos.
Castillo de Neuschwanstein en Baviera. Rodeado de bosques y lagos en plenos Alpes bávaros. Un capricho del Rey Luis II, conocido como el rey Loco, por sus excentricidades. Su extraña y misteriosa muerte contribuyó a alimentar la leyenda de este monarca melancólico y extravagante.