Hay muchos lugares, ciudades y Sitios Arqueológicos que guardan importantes vestigios del pasado romano y de la Antigüedad. Sin embargo, pocos son como Pompeya, la ciudad que se perdió por la furia del Vesubio, sepultada bajo un manto de cenizas y piedras volcánicas. La vida cotidiana de Pompeya quedó como congelada en un momento y ahora se muestra con una gran autenticidad a un paso de Nápoles.
UNA CURIOSIDAD: Pompeya conserva restos de muchos de sus habitantes, personas y animales en el mismo momento de su muerte que fue instantánea debido a las temperaturas extremadamente altas. Pero ¿Como se preservaron estos cuerpos que ahora se exhiben en las ruinas pompeyanas? En el siglo 1860 el experto arqueólogo G. Fiorelli descubriendo entre las cenizas los huecos dejados por los habitantes que no pudieron escapar a la erupción, observó que había desaparecido la materia orgánica y quedaba el esqueleto y el volumen. Inyectando yeso líquido recuperó los auténticos moldes como si de momias rellenadas de yeso se tratara. El procedimiento permitió conservar a estos desafortunados habitantes con la forma y posición exactas de su muerte.
Un perro descansa en medio de las ruinas, ajeno al ajetreo de Pompeya y a su pasado desolador.
Algunas villas pompeyanas todavía conservan bellísimos frescos. Es el caso de la Villa de los Misterios. ¡Espectacular! También en las termas y otros lugares de la ciudad hay todavía frescos y mosaicos, aunque muchos se han trasladado al Museo Nacional Arquológico de Nápoles (muy recomendable)
Los frescos de la Villa Misteri son de los mejor conservados y de mayor calidad. Una belleza colorista
Pasear por las vías de Pompeya es una experiencia única, es una vuelta al pasado con la sensación de caminar por una ciudad que fue muy vital en la era romana, por su posición estratégica para el comercio marítimo y por su riqueza agrícola. La vida cotidiana se aprecia en los restos de las suntuosas Villas pero también de las animadas plazas, termas, tabernas y hasta prostíbulos.
Una de las zonas más visitadas es el Lupanar, es decir el antiguo prostíbulo. En su interior aún hay restos de mosaicos eróticos y se ven los pequeños lechos de piedra para la clientela. Era bastante frecuente que existieran esos lugares en las ciudades romanas y a veces hasta se señalizaban con simbología fálica, algo que se consideraba también portador de suerte.
Hoy la ciudad sigue siendo objeto de restauraciones y de nuevos descubrimientos que hacen de Pompeya un lugar FASCINANTE
RECOMENDADO: Dedica un día completo a visitar Pompeya, es muy extensa y merece mucho la pena la visita con calma.
IMPRESCINDIBLES: Hay un montón de Domus o villas imprescindibles para la visita: Domus Sirici, Lucreci, Casa del Fauno, Casa de Rómulo y Remo… y también otros lugares públicos de la ciudad como las Termas, la Necrópolis, el santuario de Venus, el Foro, la Basílica, el Templo de Apolo, el Teatro o el famoso lupanar. Y sobre todo la fantástica Villa de los Misterios. Además es muy interesante el ANTIQUARIUM un pequeño museo dentro de la ciudad, que acoge restos arqueológicos muy valiosos, entre ellos algunos de los restos momificados de habitantes de Pompeya, además de esculturas y varios objetos que ofrecen un inestimable testimonio de la vida cotidiana.
FOTO: Monopodio con Silene y Dioniso de bebé. (Siglo I d.c.)
Sin duda un lugar extraordinario!!
Una muestra también de las «juerguecillas» que se traían en esa época jjj?